Contribución a la discusión. propuesta fondo de la Historia de los Movimientos de Izquierda y los Movimientos Sociales en Colombia

Fondo de la Historia de los Movimientos de Izquierda y los Movimientos Sociales en Colombia

Contribución a la discusión práctica sobre la política de la memoria de la izquierda en Colombia. Documento dirigido a las organizaciones sociales y a los investigadores.

Óscar Calvo

El Colegio de México

Presentación

Diversos grupos de académicos y activistas políticos han estado discutiendo la idea de crear un archivo de los movimientos de izquierda y los movimientos sociales en Colombia, análogo a otros del mismo tipo que existen en Argentina, México, Francia y Holanda, y que tienen una función política, patrimonial y académica.

Hay consenso sobre la importancia que tiene un proyecto de este tipo desde el punto de vista histórico y político. Es urgente impedir que materiales con valor histórico se dispersen, se destruyan o sean enajenados por instituciones académicas de otros países. Este sólo hecho, un hecho de tipo material, tiene amplias repercusiones en el campo de las luchas simbólicas por el poder. Hoy el tema de los derechos humanos y las memorias de las víctimas merece alguna —aunque no suficiente— atención del público. Pero no ocurre lo mismo con los proyectos políticos y sociales disidentes, de manera que vale reclamar un sentido más político y no sólo humanitario en la historia social de los movimientos de izquierda (las izquierdas) y los movimientos sociales. Otro tanto puede decirse sobre la relación entre historiografía y memoria social, pues a pesar de que la historiografía académica ha sido pluralista desde los años setenta, y ha tenido una notable influencia del marxismo, hay una marcada estigmatización de la heterodoxia política en las representaciones sociales. Hoy más que nunca parece necesario reclamar un espacio legítimo para las memorias disidentes.

La idea de crear un archivo de las izquierdas y lo movimientos sociales en Colombia puede ser justificada de muchas maneras, bien por exigencias políticas del presente, por curiosidad científica o por la necesidad de preservación del patrimonio. Esta idea no es nueva, pero hasta ahora no se ha traducido en instituciones y prácticas que permitan materializarla. En este documento, a manera de programa de trabajo, nos concentramos en los aspectos de técnica y organización, sin entrar a problematizar y justificar la idea desde el punto de vista histórico y político. En otras palabras, se tiene por un hecho dado la necesidad del proyecto, sin preguntar por qué. En cambio, nos concentramos en el cómo, con la aspiración a contribuir de manera positiva a las iniciativas que se están discutiendo en diversos ámbitos académicos, sociales y políticos.

Para el efecto, partimos de la distinción entre el programa y el fondo material. El programa no es un fondo de materiales históricos en sí mismo sino el manual de instrucciones para un proyecto colectivo de mediana duración. Este establece las condiciones mínimas para que diversas personas, familias, y organizaciones puedan contribuir en diferentes tiempos y de acuerdo a sus propias necesidades y aspiraciones, en la construcción de un acervo histórico colectivo y de consulta pública. El fondo es el resultado práctico de la participación en un programa colectivo, cuyos legados materiales reposan en una institución especializada que puede ser garante de la conservación y el acceso del público a la información. Mientras estas funciones quedan en manos de dicha institución, corresponde a las organizaciones realizar proyectos a pequeña escala que permitan la elaboración de las herramientas de acceso y la difusión de la información de cada uno de las secciones o componentes del fondo.

Planteamiento general

La idea de formar un fondo parte del supuesto de que diversas personas, familias u organizaciones ceden en uso o donan un legado histórico particular —colección privada— para constituir un acervo histórico colectivo y de consulta pública. Si la intención es constituir un fondo con materiales de valor histórico, resulta claro que lo más importante es construir confianza entre quienes los poseen actualmente para donarlos o cederlos en uso a una institución que garantice su conservación y consulta pública. Por eso también es pertinente considerar las condiciones para que la conservación, la consulta y la difusión —o la confidencialidad, en determinados casos— de dichos materiales estén garantizadas.

De acuerdo al ejemplo del Cono Sur se ha pensado que la custodia de los materiales históricos, la elaboración de herramientas de acceso y difusión públicas, debe realizarse por instituciones privadas o no gubernamentales. Esto se explica por el papel que han desempeñado los regímenes dictatoriales y oligárquicos en América Latina, quienes desde el Estado y en diferentes contextos históricos, han buscado también controlar las representaciones sociales y la memoria colectiva como parte de una política de corte autoritario. También en Colombia personas, familias u organizaciones que podrían enriquecer con sus legados un archivo de este tipo, tienen una desconfianza comprensible de entregar cualquier legado para convertirlo en patrimonio nacional, pues en muchos casos han luchado contra el propio Estado o han sido víctimas de los crímenes del Estado.

Sin embargo, desde otro punto de vista, hay dificultades notorias para establecer en el corto plazo una institución privada o no gubernamental que tenga como funciones la preservación, clasificación y difusión del legado histórico de los movimientos de izquierda y los movimientos sociales en Colombia. Las dificultades más notorias son: a) la gran cantidad de recursos y energía que demanda la creación y consolidación de cualquier institución; b) la desconfianza de los posibles donantes de que sus legados sean enajenados y terminen tarde o temprano en manos de terceros; c) las múltiples interferencias burocráticas y políticas que pueden minar la en el mediano plazo la capacidad de cumplir con sus objetivos; y d) los altos costos que demanda cumplir con medidas especiales de seguridad y conservación de algunos materiales que por su valor testimonial, histórico o simbólico pueden ser alterados, robados o destruidos por motivos políticos; e) la posibilidad de que los materiales conservados no lleguen a ser clasificados, el acceso del público —por razones de personal y horarios— y su difusión sean limitados. Existe la posibilidad de establecer el archivo en una universidad pública, institución que por su trayectoria histórica y autonomía relativa podría constituirse en un punto medio entre el Estado y las organizaciones no gubernamentales. Pero en la actualidad no existen las condiciones institucionales, técnicas y financieras para la adecuada conservación y difusión de este tipo de archivo en las universidades públicas.

Frente a tales dificultadas, sugerimos dedicar la mayor cantidad de energía y recursos posibles a los procesos de clasificación y difusión que permiten el conocimiento del público, mientras que las tareas de conservación y acceso al público quedarían en manos de una institución pública especializada. La alternativa propuesta es elaborar un programa a mediano plazo, a través de acuerdos y contratos legales, que combine la consecución, la sistematización y difusión de los materiales históricos por medios privados o no gubernamentales, con la conservación y el acceso al público en una institución pública (archivo ó biblioteca). De esta manera, la programación inicial queda en manos privadas, mientras los soportes materiales quedan bajo el resguardo de una institución especializada para ser consultados por el público. Los acuerdos o contratos legales establecidos deberán asegurar, si es el caso, un control limitado por parte del Estado—en el tiempo y en el uso de los materiales— y sujeto la evaluación de la ciudadanía. También los acuerdos y contratos legales deberán servir para regular las relaciones entre las partes en el periodo de construcción del fondo, en el entendido que a mediano plazo, en tiempos establecidos por los propios donantes y con base en acuerdos particulares, este material podría llegar a convertirse en patrimonio nacional.

Objetivos

El objetivo general es crear un fondo histórico en una institución pública especializada, constituido por materiales en formato manuscrito, sonoro, visual, audiovisual y electrónico, procedentes de colecciones particulares y que constituyan un legado histórico sobre los movimientos de izquierda y los movimientos sociales en Colombia. La conservación y acceso al público de los materiales estará a cargo de una institución pública, mientras la consecución de las colecciones, la elaboración de las herramientas de acceso público y la difusión de información se realizarán por medio de organizaciones no gubernamentales en coordinación con dicha institución.

Son objetivos particulares del programa, en orden metodológico y no por su importancia:

1) Construir una plataforma de trabajo conjunta entre diversas organizaciones no gubernamentales, de carácter académico, cultural y de derechos humanos, guiada por el objetivo general y capaz de hacer efectivos los objetivos particulares de este programa.

2) Establecer un acuerdo de cooperación con una institución pública especializada en el cual puedan ser donadas o cedidas para su uso colecciones privadas, que garantice la conservación y el acceso público adecuados de los materiales históricos.

3) Realizar un censo entre las organizaciones, familias y personas para conocer la cantidad, los formatos y los tipos de materiales de colecciones privadas que podrían incluirse en el programa. Este censo se deberá realizar en Colombia y en el exterior, a través de una convocatoria pública, empleando todos los recursos técnicos disponibles.

4) Establecer criterios archivísticos y técnicos comunes, basados en la normativa archivística internacional, para la selección e incorporación de las colecciones privadas.

5) Coordinar, a través de organizaciones interesadas en participar en el programa, la gestión y ejecución de proyectos de pequeña escala para la incorporación al fondo de colecciones privadas. También velar para que en el fondo se conserve la entidad individual de cada colección recibida, de manera que se respete el principio de procedencia y el “orden natural” de la información.

6) Contribuir a la repatriación de materiales de valor histórico conservados en otros países, como medio para la valoración de la experiencia del exilio político colombiano en el mundo.

7) Evaluar los términos de convenios o contratos que deberían ser establecidos entre quienes poseen las colecciones y la institución pública especializada donde estaría el fondo, con el fin de facilitar una donación o cesión temporal de los materiales. Estos convenios o contratos se realizarían de manera individual, de manera que los términos de uso y las condiciones de acceso a la información puedan ser definidos según los intereses de quienes contribuyan con sus colecciones al fondo.

8) Suscitar el debate público sobre el significado de estas fuentes históricas y generar su valoración crítica por los ciudadanos colombianos, así como estimular su conocimiento entre las nuevas generaciones y contribuir a la ampliación de la memoria social de la humanidad.

9) Establecer un mecanismo permanente de veeduría ciudadana para el buen funcionamiento del fondo.

Procedimiento

Mientas en su diseño este programa es de carácter algo abstracto, su aplicación es práctica y sencilla. Para decirlo de manera clara, se propone a diversas organizaciones políticas y sociales que establezcan una plataforma común sobre política de memoria histórica, en términos prácticos, en referencia al tratamiento archivístico de los legados materiales de los procesos sociales y no necesariamente a las interpretaciones de los procesos sociales en sí mismos. La plataforma debe establecer unos criterios colectivos para proceder en materia de conservación, acceso público y difusión de colecciones privadas, durante un periodo de tiempo preestablecido. En un principio pueden adoptar esta plataforma unas pocas organizaciones y otras pueden integrarse cuando sean visibles los resultados. Para el efecto no es necesario constituir una nueva institución.

Los objetivos sugeridos con anterioridad constituyen propuestas para establecer esos criterios y guías de las tareas que pueden ser emprendidas. El acuerdo con una institución especializada, archivo o biblioteca, constituye un punto medular por cuanto es garantía de contar con los elementos necesarios para la conservación y acceso al público de la información. Además puede funcionar como un árbitro, sujeto a reglas y leyes para el tratamiento de materiales de este tipo, que puede evitar posibles conflictos por la apropiación o uso inadecuado de los legados que son confiados para constituir el fondo. La realización de un censo de los materiales disponibles, debe servir para valorar en su conjunto los proyectos puntuales que pueden ser desarrollados a corto, mediano y largo plazo para constituir el fondo. Así, la parte medular de la propuesta implica que la incorporación de colecciones privadas sea realizada por las organizaciones no gubernamentales a través de proyectos específicos de pequeña escala, para establecer objetivos puntales y evaluar sus resultados de manera efectiva.

La mayor difusión del fondo a través de la tecnología constituye el elemento clave del programa. Asegurar las condiciones de conservación material en una institución especializada, permitiría dedicar mayores recursos a la comunicación de la información. De hecho, muchos materiales pueden ser difundidos sin necesidad de ser concentrados en sólo fondo. Pero cabe aclarar que se descarta por principio la idea de construir sólo un archivo virtual mientras los materiales se encuentran físicamente dispersos, pues aquí también concedemos un valor importante a la preservación material de los legados y no sólo a la información textual que contienen.

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